La celebración de la Semana Santa en diferentes puntos de la Sierra Tarahumara es consecuencia de la llegada de los misioneros a la sierra, quienes enseñaron a los rarámuri pasajes evangélicos de la Semana Mayor, celebraciones que fueron de gran agrado y acogidas por los indígenas.
Gran parte de las tradiciones actuales de los rarámuris son una apropiación de lo aprendido de los misioneros jesuitas durante los casi 150 años que convivieron en la época colonial. Al momento de la expulsión de los jesuitas de la Nueva España en 1767, existían 28 misiones diseminadas en la Alta y Baja Tarahumara. Actualmente en todas las partes donde hay un templo se siguen haciendo estas celebraciones siguiendo el mismo patrón que los misioneros les enseñaron.
En estas fiestas los rarámuri colocan ramas de pino que marcarán el camino de las múltiples procesiones; aquí participan principalmente dos grupos: el de los fariseos (bandera blanca) y el de los soldados (bandera roja); ambos tienen capitanes que los dirigen, tenaches que cargan con las imágenes de los santos y los pascoleros que participan con la alegre danza del pascol, usando cascabeles alrededor de los tobillos bailan al son de los violines y flautas.
Un dato interesante es que los rarámuris simbolizan a los chabochis en el grupo de los malos (fariseos), los cuales se pintan de blanco y representan a los partidarios de Judas, que en la danza simbólicamente andan en todas partes y dominan la situación, pero al final son vencidos y triunfan los representantes del bien: los soldados.
El sonido de tambores tradicionales, hechos a base de cuero de chiva y madera de pino, son el preámbulo de las festividades. Miles de indios rarámuris (tarahumaras) que bajan de la sierra o suben de la barranca al compás de sus tambores se dirigen al templo de su comunidad para participar o presenciar los festejos de la Semana Santa.
Bailando frenéticamente al ritmo de sus tambores, van a entrar en contacto con sus antiguos dioses y a reafirmar su identidad. Dando vueltas -para los ráramuris, Semana Santa es “nolirúache” (dar vueltas), van a pedir lluvia; Semana Santa coincide con el principio del ciclo agrícola. Pisarán fuerte el suelo para que el mal se quede abajo.
Hoy en día a las celebraciones llegan también de las ciudades los indios urbanos, como les llaman a los tarahumaras que viven fuera de la región de la sierra tarahumara, por lo general, los indios urbanos llegan el Jueves y el Viernes Santo a danzar.
La fiesta termina el sábado con la quema del Judas, un muñeco de paja vestido con ropa occidental, representando al chabochi, mestizo, o sea, el hombre blanco, que para ellos es sinónimo o encarnación de lo malo, de la maldad, del diablo, de lo que destruye a los rarámuris, y por eso hay que quemarlo.
fuente: chihuahuamexico.com imagenes: mexico desconocido